En la actualidad, el mundo afronta un problema de alimentación que conlleva a una pobre nutrición ya sea por exceso en el consumo de alimentos densamente calóricos o bien por la falta de alimentos ricos en nutrientes como verduras, frutas, cereales integrales, leguminosas, carnes magras, semillas; esta falta de equilibro se presenta de manera recurrente en los estudiantes universitarios.
Ser estudiante universitario implica desafíos importantes a nivel personal y social. La mayoría son adolescentes que se encuentran en un periodo de transición hacia la vida adulta donde la independencia cobra mayor relevancia puesto que adquieren mayor control sobre sus decisiones enfrentándose, además, a nuevos tipos de presiones sociales que los pueden llevar a desarrollar fácilmente hábitos de alimentación poco saludables y con el tiempo afectar su estado de salud.
Sus comportamientos alimentarios pueden verse influenciados por gustos, falta de disciplina, grupos sociales, modas, economía, accesibilidad a productos, medios de comunicación, entre otros, enfrentándose al dilema diario de la elección de sus alimentos y en su mayoría sin la información adecuada para tomar la mejor decisión.1
Hoy se sabe que una dieta equilibrada proporciona la energía y los nutrientes necesarios para que el cerebro funcione correctamente, lo que mejora la concentración, la memoria y la capacidad de aprendizaje (función cognitiva).
Por lo que, proporcionarles una adecuada educación en nutrición les permitirá desarrollar competencias para tomar decisiones informadas sobre los alimentos que incluyen en su dieta, y con ello asegurar el consumo de aquellos nutrientes que les permitan tener un adecuado funcionamiento cognitivo que contribuya a un mejor desempeño en la universidad.
Algunos de los nutrientes que pueden influir en el rendimiento académico son:
MACRONUTRIENTES
Glucosa: es la principal fuente de energía del cerebro, contribuye a la concentración y claridad mental. Se puede adquirir a través de cereales, tubérculos, leguminosas y frutas.2
Aminoácidos: destaca el triptófano por su participación en la memoria a largo plazo. Este aminoácido es esencial, es decir, no se produce en el organismo por lo que debe obtenerse a través del consumo de alimentos de origen animal, leguminosas, cereales integrales y verduras de hojas verdes2
Ácidos grasos omega-3, especialmente el DHA (ácido docosahexaenoico): contribuye a una mejor función cognitiva y de memoria, al ser un componente esencial de las membranas celulares del cerebro le permite adaptarse a nuevas experiencias y aprendizajes. Está presente en pescados grasos (sardinas, atún, salmón), aceite de oliva, nueces, chía, semillas de lino, frutos secos.3
MICRONUTRIENTES
Vitaminas del complejo B (B1, B6, B9, B12): participan en la protección y transmisión de señales entre las neuronas. Además, interviene en la producción de neurotransmisores, sustancias responsables de transmitir señales entre las neuronas, necesarias para el rendimiento intelectual. Se encuentran en carne, pescados grasos, huevo, vegetales de hoja verde, legumbres semillas y aguacate.2
Vitamina D: está relacionada con la función cognitiva. La principal fuente es la luz solar, también se encuentra en pescados grasos, huevos y productos lácteos fortificados.4
Vitaminas A, C, E, selenio y zinc: tienen una función antioxidante que protege contra el estrés oxidativo, favorecen la función cognitiva y memoria. Se encuentran principalmente en frutas, verduras y aceites vegetales. 5,6
Hierro: es el encargado de transportar el oxígeno al cerebro, favoreciendo así la concentración y memoria. Se encuentra en carnes rojas magras, leguminosas y vegetales de hojas verdes.7
Agua: necesaria para la buena hidratación del cerebro contribuyendo así a su adecuado funcionamiento.
Es fundamental que los estudiantes universitarios cuiden su nutrición para mantener una buena salud física y mental, así como para optimizar su rendimiento académico. Una dieta equilibrada proporciona la energía y los nutrientes necesarios para el desarrollo cognitivo y la concentración, mientras que una alimentación inadecuada puede provocar fatiga, problemas de concentración y un menor rendimiento escolar.
La alimentación es la fuente principal de nutrimentos, la suplementación es una herramienta nutricia que contribuye al buen funcionamiento de nuestro cuerpo.
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AUTOR:
LNCA. Coral Moctezuma Alcántara
Referencias Bibliográficas:
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- Nogueira-de-Almeida C, Zotarelli-Filho I, Eduarda (2023). Neuronutrients and Central Nervous System: A Systematic Review. Bentham Science Publishers, 23(1). https://www.eurekaselect.com/article/127708
- Talukdar T, Zwilling C, Barbey A. (2023). Integrating Nutrient Biomarkers, Cognitive Function, and Structural MRI Data to Build Multivariate Phenotypes of Healthy Aging. The Journal of Nutrition, 153(5), 1338-1346. https://doi.org/10.1016/j.tjnut.2023.03.016 .
- Anjum I, Jaffery S, Fayyaz M, Samoo Z, Anjum S. (2018). The Role of Vitamin D in Brain Health: A Mini Literature Review. Cureus, 10(7), e2960. https://doi.org/10.7759/cureus.2960
- Harrison F, May J. (2009). Vitamin C function in the brain: vital role of the ascorbate transporter SVCT”. Free radical biology & medicine, 46(6), 719-730.
- Lee K, Cha M, Lee B. (2020). Neuroprotective Effect of Antioxidants in the Brain. International journal of molecular sciences, 21(19), 7152. https://doi.org/10.3390/ijms21197152
- Oregon State University. (2025). Hierro. https://lpi.oregonstate.edu/es/mic/minerales/hierro