La educación alimentaria es una habilidad de vida que sirve para tomar decisiones
informadas al momento de seleccionar y preparar los alimentos, lo que ayuda a
cubrir de manera adecuada las necesidades de energía, nutrimentos y otros
compuestos que necesita el cuerpo para mantenerse saludable.
La falta de alfabetización alimentaria de la población en general se ha identificado
como una barrera para llevar una alimentación saludable, con poco tiempo para
realizar las compras y preparar los alimentos, los altos costos, la gran variedad de
productos que encontramos en el mercado, sumado a una lluvia de información
disponible sobre nutrición y alimentación, la población puede llegar a sentirse
abrumada para alcanzar la mejor decisión a la hora de seleccionar sus alimentos o
los de su familia.
Podemos definir a la alfabetización alimentaria como un conjunto de habilidades
que ayudan a las personas a la selección y preparación de alimentos nutritivos,
atractivos al paladar y dentro de su presupuesto, alcanzado de esta forma una
dieta saludable que contribuya con la salud del individuo y su familia, a través de
la prevención de aquellas enfermedades relacionadas con los hábitos alimenticios
ya sea por exceso o deficiencia.
Dentro de las habilidades y competencias que las personas necesitan desarrollar
para tomar decisiones saludables y responsables sobre nutrición y alimentación se
encuentran:
– Selección y compra de alimentos
– Métodos de preparación
– Combinación de alimentos
– Diferencia y consciencia entre la frecuencia de consumo de cada alimento
– Aporte de nutrimentos
Cuando el individuo tiene nociones de nutrición y alimentación, se vuelve más
resiliente para adaptar sus alimentos y formas de preparación conforme a las
diferentes situaciones que se le presenten. Aquí te compartimos algunas de las
ventajas de la alfabetización alimentaria:
– Improvisar con los ingredientes que se tengan disponibles en casa.
Implica: creatividad para trabajar con los recursos que se tengan a la mano
para crear alimentos ricos y saludables.
– Técnicas culinarias. Mucho más sencillo de lo que parece, amigables con
el contenido nutricional de los productos, es decir, aplicando preparaciones
como al horno, al vapor, en microondas, a la parrilla, al wok, hervidos,
asados; se logra un balance adecuado entre el contenido nutricional y la
energía que aportan.
– Comprar los alimentos es una habilidad poco reconocida. Al adquirir
alimentos a buen costo, con altos contenidos nutricionales, en variedad y
cantidades adecuadas, se contribuye a lograr una alimentación variada,
completa, equilibrada en nutrimentos y apetitosa, influyendo además en la
disminución de desperdicio de alimentos. Te sugerimos hacer una
planeación semanal o quincenal como apoyo para la compra de
ingredientes.
– Uso de especias y condimentos: a través de éstos podemos aportar una
gran variedad de sabores, aromas y colores a los platillos, además de que
aportan una amplia gama de antioxidantes y otros elementos que
contribuyen a la salud. Atrévete, a usarlos y combinarlos.
– Identificar aliados de la nutrición: cuando las actividades del día no le
permiten a la persona cubrir sus requerimientos nutricionales los
suplementos alimenticios pueden ser una estrategia que aporta los
nutrimentos que requiere el individuo. Por ejemplo, consumir un batido en la
mañana o una barrita de proteínas al medio día, permite aportar de forma
equilibrada, nutrimentos y energía para el consumidor, inclusive se
proporciona saciedad lo que a la par evita que se realicen compras de
impulso, caracterizadas por opciones densamente calóricas y pobres en
nutrimentos.
Alimentarse de manera adecuada es un básico para el mantenimiento de la salud,
aprender a alimentarnos de manera correcta contribuirá con una mejor nutrición y
por consecuencia a tener un estado de mayor bienestar y una mejor calidad de
vida.
Desde ANAISA buscamos contribuir con información ética y de calidad que
contribuya a la nutrición de todos.
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AUTOR:
M en A. Coral Moctezuma
Licenciada en Nutrición y Ciencia de los Alimentos
Gerente de la Asociación Nacional de la Industria de Suplementos Alimenticios
Referencias
Krause, C., Sommerhalder, K., Beer-Borst, S., & Abel, T. (2018). Just a subtle
difference? Findings from a systematic review on definitions of nutrition literacy and
food literacy. Health promotion international, 33(3), 378–389.
https://doi.org/10.1093/heapro/daw084
Desjardins, E. (2013). Food literacy among youth, young pregnant women and
young parents who are at risk for poor health.