El Molibdeno es un oligoelemento indispensable. Su principal mecanismo homeostático es la regulación de la excreción y no de la absorción. Funciona como cofactor de tres enzimas (1):
- Sulfito oxidasa – Interfiere en el metabolismo de la metionina y cisteína.
- Xantina oxidasa-deshidrogenasa – Ayuda en la producción del ácido úrico, que encontramos en la sangre y orina.
- Aldehído oxidasa – Tiene actividad catalítica por lo que interviene en la metabolización de muchos fármacos.
El molibdeno (2) contribuye al metabolismo normal de los aminoácidos azufrados.
El molibdeno está presente en una amplia distribución de alimentos de uso común. Los alimentos ricos en molibdeno (30-200mcg/kg) son la leche y productos lácteos, las legumbres, la carne, las vísceras (hígado y riñón), los cereales y sus derivados y las nueces.
Existen importantes diferencias regionales en el contenido de molibdeno en los alimentos, debido a la variable composición de los suelos y el agua.
75 a 250 µg (4)
250 μg (3)
Ya que el organismo requiere de una mínima cantidad de molibdeno para mantener sus funciones, la deficiencia de este oligoelemento es muy poco frecuente y está asociado a una alimentación enteral o parenteral o algún desorden.
Es así que, se ha descrito una deficiencia nutricional de molibdeno en pacientes sometidos a nutrición parenteral total y en pacientes con enfermedad de Crohn sometidos a resección ileocecal y nutrición parenteral total.
La infusión parenteral de molibdeno elimina los síntomas de la deficiencia. (1)